viernes, 31 de julio de 2015

Kenia Hernández , El Arte de la Vida



Kenia, mujer sensible, capaz de emocionarse con la belleza del mundo, de la vida, en cada instante, con cada pequeño detalle... 
Kenia está más que conectada consigo misma. 
Decidió hace tiempo retirarse del mundanal ruido, quitarse de prisas y lujos, y navegar hacia dentro, en silencio. Hacia la conquista de si misma, de manera honesta y humilde... para sanarse, amarse y estar limpia como el agua clara, para un día, ser una mujer consciente, libre de lastres y un dia, convertirse en madre consciente.

Kenia tiene arte y sensibilidad, en su manera de estar, de mirar, de hablar, de escuchar, de sentir y crear desde la emoción y sin filtros...

Kenia es puro amor
Qué entrega a la vida mas honesta...que maravilla habermos emocionado contigo! 

Carolina Cerro



EL ARTE DE LA VIDA



Para mi iniciar la formación  profesional  como Doula  ha sido descubrir un color nuevo.
Ese que aún no tiene nombre.

Me considero una persona  bastante sensible, disfruto observando la sabiduría de la naturaleza, esa que nos rodea en cada instante.

Tras finalizar mis estudios universitarios en la Facultad de Bellas Artes me permití  deshacerme de las exigencias del sistema y dedicarme unos años a mí misma. Para reencontrarme de forma más profunda.

Años de estudios, de ratón de biblioteca, de reflexiones en buena compañía, de grandes maestros, de comprensión de lo abstracto, de deleite con las historias del arte…
Lo cóncavo o lo convexo,  la luz y  la sombra.
Comprender emociones para poder expresarlas.
De impresiones y sol naciente.
Realismo, surrealismo. Un reloj sin tiempo.
Futurismo y  el viaje en coche.
La máquina, el confort, con Ford, el  ocio inventado.
La fábrica, nacen las guarderías.
Cubismo, expresionismo, creado, recreado.
Lo póvera.
Bienvenidos al Non Site.  Land Art.
Disfrutar caminando.
Y  un urinario para descolocar.
Para reflexionar sobre ¿Qué es el arte?
Esquemas rotos.
Y  ¿Qué es nacer?
¿O prefieres aire de París?

El Arte a veces humano.  El Nacimiento a veces inhumano. Y viceversa.
Nos permite  cuestionarlo todo.

Para crear y hacer del  interior una verdadera  obra  de Arte preferí  volver a nacer.
Tras una serie de ejercicios de respiración consciente pude adentrarme en la manera en la que vine a mundo.

Me  sumergí  en una mayor comprensión de mí misma.
Fui “prematura” , durante mi primer mes de vida extrauterina , viví en una incubadora que ahora prefiero llamarla “querido packaging”.

El contacto piel con plástico estuvo asegurado. Nadie de mi sangre me acompañó en mi proceso de bienvenida.
A la joven mujer que me dio la vida se le negó su derecho de arropar y amamantar a su criatura, yo.

Eran otros tiempos, menos información al alcance de todos.
Toda esa asimilación me ha hecho sentir  un gran interés, una gran pasión y respeto hacia el inicio de la vida. Siento una gran importancia y compromiso hacia el valor que tiene ese proceso vital de bienvenida.
Son infinitos los conceptos que acompañan a la maternidad en la actualidad.
Son numerosos los profesionales que defienden con sus investigaciones toda una serie de evidencias que aportan claridad a este asunto, y apoyan la idea de que la forma en la que nacemos es una especie de sello que nos acompañará el resto de la vida.
Sin extenderme en conceptos ancestrales , arcaicos, modernos, postmodernos, futuristas, contemporáneos  o  visionarios , he llegado a la conclusión de que la humanidad  se merece el cambio que está experimentando.

Las personas merecen nacer con respeto  y de forma amorosa.

Las mujeres tienen derecho a estar informadas,  a vivir sus experiencias  , su maternidad y sus ciclos vitales de forma placentera ,  en definitiva de la manera que ellas decidan.

Estamos viviendo toda una serie de procesos  sociales que están haciendo emerger  y recuperar muchos conocimientos que  por un momento estuvieron  ignorados.

Es  el momento de permitirnos sentir,  sentirnos  seres vivos.

Seres humanos  y  aportarnos el valor que nos merecemos unos a otros.

Cada acto de violencia en el ámbito que sea debe ser cuestionado y eliminado. Desde los que se comenten de forma invisible hasta los que se realizan de forma oficial y descarada.

Por ese motivo descubrí un color nuevo al realizar la formación como Doula.
Porque ha sido tal la cantidad de información indispensable que he aprendido, toda la red de profesionales que han participado y  que  han aportado excelentes  jornadas de calidad, que simplemente como hembra lo recomendaría a las otras mamíferas.

La interacción con las compañeras  y con cada uno de los profesionales,  ha sido más que enriquecedora. Todo un  crecimiento personal.

Porque va más allá de una simple palabra.

Va más allá del significado de la palabra.

De las competencias de la labor.

Se trata de aportar a ese vacío evidente, un poco de luz.
Acompañar  y apoyar emocionalmente  a quién lo solicita, siempre desde el respeto y la comprensión.

Cubrir, si nos lo piden, esa soledad  y miedos hacia la desinformación de lo fisiológico.

El acto de dar vida se merece estar reconocido como el momento cumbre en el desarrollo vital de cada ser humano.

Siento que  tras esta  formación he  comprendido que  seas  flor o seas florero. Las Doulas  aportan  humanidad a la humanidad.
Y estoy encantada  sinceramente de formar parte de este cambio.

Kenia Hernández
Licenciada en Bellas Artes
Mujer consciente que acompaña procesos de vida y Doula 

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